En un giro de caracol
se levanta esta aldea
por la línea absoluta y vertical del aire, y un cielo audaz
sube y se deshace
en lluvias abiertas de claveles
y un viento de puñales
abre las ventanas.
Y adivino la historia
en las huellas de polen
que dejó la muerte...
Teje la noche una manta blanca,
y un ogro andaluz devora doncellas,
patos salvajes y cervatillos.
Teje la noche una manta blanca,
dos niñas con la máscara de la traición
se llevan a Federico en un carro de flores
por el camino de los olivos.
Lloran oscuras guitarras
al paso de un carro de flores.
Lloran oscuras guitarras
un llanto de mil dolores.
Y adivino la historia
en los rastros de poesía
que dejó la muerte...
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