A Yoli Bell
Encuentros y desencuentros,
otra noche como tantas,
calurosa Buenos Aires,
dulzor caótico en los dientes.
Y estos dedos como agujas
que se hunden locamente
buscando...
Las zonas más eléctricas
en lo húmedo,
los resplandores,
los fluidos más urgentes,
los placeres indecibles,
los aullidos marginales.
Y nosotros como intrusos fulminantes
irrumpiendo en lo perverso.
Y nosotros como ratas,
como lobas putarracas
carcomidas por la fiebre.
Los cuchillos que desnudan
y las sombras que guadañan
acechan en burdeles,
que desarman la poesía,
que danzan descalzas
otra noche como tantas,
calurosa Buenos Aires,
dulzor caótico en los dientes.
Y estos dedos como agujas
que se hunden locamente
buscando...
Las zonas más eléctricas
en lo húmedo,
los resplandores,
los fluidos más urgentes,
los placeres indecibles,
los aullidos marginales.
Y nosotros como intrusos fulminantes
irrumpiendo en lo perverso.
Y nosotros como ratas,
como lobas putarracas
carcomidas por la fiebre.
Los cuchillos que desnudan
y las sombras que guadañan
acechan en burdeles,
que desarman la poesía,
que danzan descalzas
serpenteando cascabeles.
Y nosotros
gigantescos masturbadores despiertos,
lúcidos,
fatales,
a contramano.
gigantescos masturbadores despiertos,
lúcidos,
fatales,
a contramano.
Y nosotros,
devorándonos,
carcomiéndonos
y destruyéndonos.
Nosotros.
Nosotros que desarmamos la poesía... me levo tu enlace si no te incomoda.
ResponderEliminarBuen fin de semana, un beso.
Gracias Cristina, un beso.
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