lunes, 4 de octubre de 2010

Excéntrica y azul



Ya sin alma
se ha quedado mi loba,
mi pena ardiente,
mi navaja terciopelo.


Se me ha perdido su cuerpo
como la viuda negra
en la multitud inmensa.





Y yo


que camino al acecho,
que me sale fuego por los zapatos
de tanto caminar.



Que mis últimos autobuses
pasan como fantasmas.


Yo te nombro
Santa María.


Te llevo en silencio.



Excéntrica y azul
bendita tú eres
por las calles vacías.




Eres la bestia
que no alcanza la luna.


Eres la loca que yira
entre todas las mujeres.


Yo te nombro


Santa María,


loba de tus hijos marginales,


lleva nuestras vidas
a tu abismo blanco.









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