Hablo de días sin mundo,
hablo de noches ausentes,
Hablo de amor con los demonios,
hablo, hablo y hablo de esta historia.
Pero nadie escucha el cuento de brujas
Pero nadie escucha...
sólo los murciélagos,
sólo los locos,
sólo los niños...
que se olvidan.
Y cuando me preguntan que dije,
contesto que no sé.
y cuando me piden que explique,
que yo no entiendo,
y que cada una de estas palabras que pierdo,
la pongo en un cajoncito,
y la entierro.
Hay tantas cosas que se deben enterrar, por los prejuicios y la pobre estupidez, pero los niños saben más de lo que crees.
ResponderEliminarMuy bueno Horacio, te saludo con mucho cariño
Noe: Muchas Gracias Siempre.
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