sábado, 1 de enero de 2011

Veneno



Quise pronunciarte,

beber tu veneno.



Te busqué en lo perverso,

entre la selva humana,

espasmódica de sudor,

jadeante de lujuria.

 


Te encontré entre flores de adulterio,

entre blasfemias…



Te encontré y te bebí,

dije tu nombre

que los poetas no dicen,

los guerreros no gritan,

ni los amantes susurran.



Dije tu nombre prohibido,

sólo por alcanzar las íntimas cicatrices,

las fatalidades.



Ávido de ti,

ávido de mí

y ávido de muerte.



Te nombré y te bebí.



Y me surgió del cuerpo,

a borbotones,

la poesía indecible,

que solo oyen los malditos.






3 comentarios:

  1. es mejor que nos escuchen los malditos
    los otros no escuchan, van a lo suyo
    un beso
    Estrella Arango

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  2. Fuerte poema, he pasado a conocer tu blog...vendré nuevamente
    Un abrazo
    Stella

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  3. He vivido cada palabra, cada frase... Este poema ha puesto los pelos de mi alma de punta... Me gusta tu poesía...

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