domingo, 16 de noviembre de 2014

Como estos relojes que están fuera del tiempo


 

Buenos Aires se me dispersa,

se me disgrega,

todo se aleja de todo del mismo modo en que se expande el universo.

     

Digamos…

Encontrarte de improviso en un tren,

caminar hasta San Telmo,

compartir un café en el Bar Británico,

entrar deprisa en algún telo,

despedirnos sin acordar la próxima cita...

     

Ahora,

devienen poco a poco en coordenadas imposibles.

Así, abrazos que se alejan

se me antojan muros que se aproximan.


Como cárceles enamoradas de sus reos.

Como inexpresables cisnes que se ahogan.

Como estos relojes que están fuera del tiempo.

 

 









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