Y finalmente la resaca acumulada
en los infaustos días,
en la parsimoniosa siesta,
se derrama y se disgrega
en el enmarañado transcurrir del tiempo.
Y un narcótico, ensimismado vaivén
retumba en la lenta caravana de los muertos.
Toda existencia transmuta en engorroso padecer
cuando el sol disemina su rabiosa oscuridad
por todos los rincones de esta calle sin salida.
No tengo las palabras exactas para definir la sensación que se siente al percibir tus collages y tus letras, pero tienen un sabor de misterio y a la vez encantador.
ResponderEliminarAbrazos muchos!
Muchas Gracias Cristina por haber pasado, leído y comentado. Abrazos !
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