domingo, 2 de noviembre de 2014

Sólo atino a contemplarte

 

El sol te dibuja en la piel
lentas caracolas,
implícitos abrazos,
mientras tú te vas y te vienes,
distraída entre la briza.



El sol
propaga su lenguaje ardiente
con nuevos y resplandecientes signos,
mientras expandes tus alas,
a la deriva.


Aquí diluvian manicomios,

aquí acontecen malevolencias,
 
aquí desbordan calamidades,

espeluznantes.



Y todo esto simplemente sucede

mientras yo,

perplejo... 

 

Sólo atino a contemplarte. 

 

 

 



  

 

 


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