Las órbitas cual cavernas
Tanto lleva el tiempo
de agujas que penetran
en el espíritu, el soñar
y en la dura roca,
que regresan insistentes
en el vaivén de las olas.
Lo que vuelve mezclado
en vagos remolinos
golpea en la parte
occipital de la memoria
y nos quedamos sin refugios,
sin excusas,
sin serpientes de ónix…
Se nos ponen las órbitas
de los ojos, cual cavernas.
Tan a destiempo
que vamos sonámbulos,
y de morir morimos.
Un intenso poema, te felicito
ResponderEliminarUn abrazo
Stella