No es fácil, no,
volverse caja y quedarse mosca,
perder el juicio
y chamuyar desde un castillo
despotricando comadrejas.
Es difícil como un alfiler,
como un alfeñique filoso,
eludir el caretaje
cuando la noche es ululosa
y marginante.
Al César lo que es del César.
Es decir…
No se puede escapar del mundo por andar sin equipaje,
o esquivarle el bulto a las arremetidas del destino,
ni evitar el entrevero porque falten jugadores.
Pero las puertas de este loquero no se abren los domingos,
y la sabiola y el colchón se me piantan de costado.
Y me dicen colifato, tocao y pocoseso,
y yo digo que desafino para no contradecir a la orquesta.
Porque a este circo no lo entienden ni los dueños ni los monos,
y porque a la final…
A los caretas intrascendentes, no hay carnaval que sea suficiente para taponarles el agujero.
Excelente, Horatius!! Muy buen empleo del lunfardo!! Y la ilustración del Guasón, muy apropiada para el poema.
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