jueves, 19 de noviembre de 2015

Arlequín

 

 

Torpemente tropiezas,
elegante te levantas
con tu paso de bufón impertinente,
con harapos y joyas te engalanas,
desafías a la noche que te enciende.

Y no sé si esas calles imperfectas
que deambulas solitario y sin sentido
pertenecen al pasado o al presente,
pertenecen al azar o a tu designio.

Arlequín, querido amigo,
El oráculo te devuelve un elíptico destino,
una ambigua identidad frente al espejo.  
Entonces falsificar siempre será válido
cuando lo que se falsifique sea ruin,
sea banal,
o sea ilegítimo.

Atenas te recibe desconfiada,
tu maestro te ignora o te rechaza,
la polis no te escucha o no te entiende.
Entonces cuando nadie se lo espera
tu mueca excéntrica convulsiona irreverente,
bailas, te mueves, despilfarras tus piruetas…
Y así logras de un soplido
llamar la inútil atención de los imbéciles.     

Desde Sinope hasta Corinto, Arlequín,
o desde Pella a Babilonia ¡Qué más da!
en asombrosas e imposibles coordenadas
se conjugan el filósofo y el guerrero
conquistar el mundo o conquistar el ágora, querido perro,
cualquiera de las dos opciones da lo mismo.

Arlequín, entrañable perro,
sé que guardas el secreto
de alquimistas, pitonisas y hechiceros.
Te imagino caminando señorial,
desnudo e impúdico entre las gentes
acompañado por tritones y centauros,
por sátiros, por arpías y por ninfas.

Cínico Arlequín que te mofas del espacio,
perro ágil que ridiculizas al tiempo,
Perro blanco de ladrido disonante,
¿Filósofo poderoso o indigente guerrero?
¿Quién es quién? ¿Y a quién le importa?
conquistar el ágora o conquistar el mundo da lo mismo.

Arlequín,
Sutil y fugaz mendigo
amo del azar irreversible,
que sustenta y que da forma al universo.

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario