A mi padre, Enrique Antonio Moschini
Detenido-desaparecido el 3 de diciembre de 1976
A los 30.000 Todos
Eran días de un sol oscuro,
y ese sol
se arrastraba con luz siniestra,
pero al momento en que te llevaron,
Enrique,
el sol vomitó luz negra.
Quienes tienen del herrero
las manos blancas y pesadas,
quienes repiten cada día
como ritual
la alquimia del pan y del molino,
o quienes no tienen más nombre
que José o que María,
te recuerdan mejor que yo.
Enrique es de su pueblo en silencio,
porque su pueblo calla,
calla pero jamás olvida.
Porque ahora
Enrique, el diariero,
y todos los que levantaron la antorcha
de ese fuego que rompe tinieblas,
ahora vienen juntos.
Todos juntos para iluminar nuestro camino
con un inmenso resplandor de estrellas.
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