Te doy la bienvenida
desde tu otro lado
de mi puerta.
Te doy un sacudón,
un momento de risa.
Te doy violencia,
te doy miedo,
te doy vida,
y después,
te doy un beso y me voy.
Y me voy,
y vuelvo mañana,
y otra vez,
te doy, te doy y te doy.
Te doy y más que esto no tengo…
Una breve oscuridad,
un sueño profundo,
y este despertar deseado
en un amanecer sin prisa.
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