jueves, 28 de diciembre de 2023

Por los tugurios del sur

* Los sucesos y personajes que aparecen aquí son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia.
 
 
¿Qué decir mientras uno camina por los barrios de las trabajadoras sexuales?
Constitución está maloliente, hay esquinas espeluznantes; una mujer culona de vestido amarillo va y viene sin encontrar ningún cliente. 
 
Esta tarde  la marginalidad es un aliento que recorre mis venas sin llegar a ser respiración, sin llegar a ser asfixia. Un pibe me manguea, yo  le compro una porción de muzza en el Ugis de la calle Salta y sigo mi caminata sórdida. Los seres marginales me temen, los pungas y los traficantes huyen de mí, las putas se esconden en sus cobertizos, los travas bajan la cabeza con tal de no mirarme, tanto satanismo hay en mi andar errante, que hasta la yuta me evita.
 
Ay! El tachero y la eterna! Pobres... Son sólo laburantes, no tienen ni idea de que yo desperté ese mediodía en Plaza Garay, ni de que estaba durmiendo en un banco de cemento esperando una hora decente para entrar a la oficina  a la vez que orientaba mis huesos mortuorios hacia el barrio de San Cristobal.
 
Pero esta tarde todo está más oscuro y desdibujado aún, hay un sopor decadente más allá de mi memoria; mientras una ola de sangre africana que no perdona, se levanta colosal como un tsunami.





Fotografía : La Nación
 
 




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