* Los sucesos y personajes que aparecen aquí son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia.
La batalla se extiende al conurbano, camino con dos zapatos que son del mismo pie. Larroque al fondo, velorio en los Tribunales de Lomas de Zamora, no hay sol de noche ni mate cocido. En mi barrio había coches tirados por caballo, y tres cuadras hasta llegar al asfalto.
Esta guerra, entre los yeputíes de Almagro, y los vergulingios procedentes de una zona incierta entre Villa Crespo y La Paternal, que se inició parece, por alguna jugarreta turbia relacionada con el contrato ya aprobado entre las partes hoy en conflicto, por la venta de 54 riñones. Y que además, ha sido declarada por la ONU como "guerra justa y necesaria", ha dejado hasta el día de hoy, más de 16.500 muertos según las cifras oficiales. Ninguno de los dos bandos cede, y no hay tregua ni los feriados.
Las fuerzas del orden no intervienen desde que se promulgó el decreto de libre derecho al enfrentamiento armado entre los particulares.
Mi rio se va secando. Merluza negocia en secreto la muerte de mi alma, negocia que mi muerte sea en vida, como sabe que yo no me adapto, ha decidido convertirme en zombi. Hay barricadas en algunas calles. Esta noche me voy con alguna puta de la plaza, yo sólo les pago para que sean sinceras. A las buenas putas (y esto Ranús lo sabe) no les importa herir sensibilidades. De tanta agua que ha pasado, mi rio se ha vuelto sombra, entonces compongo una zamba que en su estribillo repite:
Sombrita, ya no me dejes, que si me dejas me voy pa’trás.
Sombrita, ya no me dejes, que si me dejas me voy way back.
Crushed car - Imagen de licencia libre perteneciente a Mollyroselee,
luz y contraste editados por Horacio Moschini
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